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Viajando por Italia: Paseando por Roma I













Ya estábamos en Roma.
Sin duda, estaba exultante con las ruinas de la época imperial, y le comentaba a mi mujer que las películas romanas que veía en Televisión cuando era niño despues de hacer las tareas en Villa Alemana habían hecho su efecto...cuando pienso en  Roma, recordaba que vengo de una ciudad que su único teatro (cine) se llamaba Pompeya,  con claras reminiscencias romanas, el cual era famoso no por su estilo romano, sino que por el hecho que cuando se exhibían películas aparecían un par de murciélagos atraídos por las imágenes de la pantalla. Luego cuando entré a la Universidad, me tomé mis primeras cervezas estudiantiles en un bar de mala muerte en Playa Ancha (Valparaíso) con el nombre de la ciudad imperial. Jamás pensé que ese lugar que me imaginaba cuando veía "Quo Vadis" comiendo tostadas y tecito hecho por mamá o mi abuela Marta o cuando hablábamos de las clases de Roma I y II con cerveza entre medio con los amigos de la Universidad. Cuando iba a pensar que las tendría un día frente a mis ojos.







  


Literalmente, estaba paseando por Roma, tal como la canción de Soda Stereo. Salimos de nuestro hostel que estaba en Termini, caminamos hasta la Piazza de la Reppublica, seguimos caminando por la via Nazionale, hasta llegar a la avenida del Foro Imperial (Via Fori Imperiali) para luego llegar al Coliseo.  Lo que nos llamaba la atención, aparte de la cantidad de tipos  disfrazados de romanos para sacarse fotos, era la gran cantidad de extranjeros en el comercio, tanto formal e informal. Hindúes, bangladesíes, pakistaníes, chinos, han ocupado el lugar de los Luigi, Giovanni y Pietro en la venta y me hizo preguntar ¿Donde estaban los italianos? Pronto los descubriríamos, los que no estaban trabajando estaban metidos en los cafés tomándose sus expresso y capucchinos, arreglando el mundo de lo lindo, impasibles mientras hordas de turistas como nosotros recorríamos sus calles y dejábamos nuestros euros en sus negocios.





Paseando por Roma: revival fascista del Imperio romano




Pero este detalle, no quito mi interés cada vez que miraba las ruinas del pasado imperial. Pero una cosa que me llamó la atención cuando caminábamos por Roma, es que muchas cosas de la época fascista quedaban en pie. Yo pensaba que en Italia, todo lo que tenía que ver con Fascismo o Mussolini no iba a quedar nada, que había sido borrado por los aliados o por la República, pero no, hay mucha imagenes e iconografía (incluso hasta de Mussolini) por las calles de Roma, lo cual significa que debe ser un tema mucho menos controversial que en Alemania o Austria, por ejemplo, donde se decidió (sin duda, bajo presión de los aliados y la vergüenza de la sociedad) borrar todo vestigio del Tercer Reich sin mayor miramiento.  Queramos o no, el Fascismo de Mussolini y sus camicie nere, era un revival bastante chanta del imperio romano, tomando su imaginería y parafernalia de la estética romana imperial, una cosa añorada hasta por el mas ignaro italiano, tal vez, este sea el hecho de que pervivan sus huellas hasta el día de  hoy. Las fasces del lictor (esas hachitas que eran usadas por los magistrados romanos) fue el símbolo tomado por el fascismo, las cuales se pueden seguir viendo sin mayores problemas en esta Roma moderna post Berlusconi. Pasada la sorpresa de toparme con más de una vez con las fasces del lictor, seguí admirando la cuidad imperial.



Paseando por Roma: El Imperio Romano según el fascismo




Luego llegaríamos al Coliseo, el cual cobra un impuesto revolucionario por entrar y como habíamos dicho, habíamos decidido no pagar ninguna entrada de museo (cosa que me arrepentí bastante y que subsanaría en una posterior visita), así que nos devolvimos, pasando entre medio de hordas de turistas chinos y japoneses, los cuales incluso se sacaban fotos nupciales, lo cual le daba el toque kitsch a la ciudad Imperial.  Pero a pesar de ser una ciudad literalmente invadida por los turistas, Roma se disfruta caminando. Por ello, es recomendable (sobretodo si vas en verano) llevar tu botella de agua y alguna fruta, para refrescar y comer algo fresco en el camino, dado que los precios de los diversos quioscos que se pueden ver por la Via Fori Imperiali, son verdaderamente un asalto al bolsillo del turista.



Paseando por Roma: El Coliseo



Pero más allá de estos detalles que para el recuento pueden ser verdaderamente folclóricos, sin duda, nos quedaba una larga jornada para seguir caminando por la ciudad, la cual mencionaremos en  varios otros posteos más, ya que Roma es de esas ciudades que merecen ser visitadas una y otra vez, por lo menos para mi.

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