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Roma: Una vuelta por el Coliseo

Roma: Coliseo (2017)


Era nuestro segundo día en Roma y había que saldar una vieja deuda: ir al Coliseo.
No me volvía loco ir de nuevo al Vaticano  (explicado tal vez por mi compleja relación con el catolicismo) pero llegamos con mi mujer de que al Coliseo había que ir esta vez y no dejarlo pasar de nuevo. No era el día más lindo (amaneció lluvioso) pero no teníamos mucho margen de tiempo, había que ir si o si ya que al otro día comenzábamos nuestro recorrido hacia el sur de Italia. 

Así que tomamos desayuno en el hotel y nos fuimos caminando tranquilamente sin mayor apuro hasta llegar a la Vía dei Fori Imperiali (Calle del Foro Imperial)  y de ahí hasta las taquillas del Coliseo. Una cosa que llama la atención, además de la gran cantidad de turistas asiáticos que son fácil el 40% o 50% de los que visitan Roma, es la gran cantidad de militares y policías armados que vigilan no sólo el Coliseo sino que buena parte de los sitios de interés de la ciudad esperando algún ataque terrorista, un signo de los tiempos, algo lamentable, pero que en mi caso no termino de acostumbrarme ni quiero tampoco.


Turistas por el Coliseo


Volviendo a lo del Coliseo, nosotros no teníamos las entradas compradas previamente, pero por suerte el hecho de que fuera un día lluvioso hizo que no nos demoramos mucho en la fila para comprar, a lo sumo tuvimos que esperar unos 5 minutos. 

Quise de nuevo tratar de comprar con la  tarjeta de débito del "banco que te quiere ver crecer"....y de nuevo las pelotas, tuve que usar otra que por suerte funcionó sin mayores problemas y así pagamos las entradas sin tener que gastar algo de efectivo.  

Entramos y comenzamos a caminar dando vueltas por las ruinas de lo que alguna vez fue el Coliseo, ese lugar donde donde los emperadores literalmente ofrecían el pan y circo a las masas para que no jodieran al gobierno de turno, un concepto más allá de las diferencias de espacio y tiempo,  tan cercano y parecido  como funcionan muchas de las actuales democracias latinoamericanas de hoy en día. 

Pero más allá de la analogía algo forzada pero inevitablemente pensable, hay que tener claro que por siglos el Coliseo fueron un conjunto de ruinas sin una mayor mantención ni muchos menos cuidado y lo que vemos hoy en día ya sea por tu cuenta o con guías, es lo que se ha podido restaurar en los últimos 30 o 40 años, por ello no esperes algo totalmente reconstruido, pero que sin duda asombra a quien la visita.




Quien escribe ya con el hecho de entrar al Coliseo estaba más que servido. 

Esa mixtura que tengo en mi cabeza de pollo creada tanto por las películas romanas de Hollywood vistas durante varios años durante Semana Santa más mis clases como estudiante de Historia  (Roma I  y II)) en la Universidad generaron por bastante tiempo un interés por conocer el Coliseo, que en ese día lluvioso estaban dando sus frutos quedando más que satisfecho.  

Otros sin duda van motivados por lo religioso (acá echaron a los leones a cientos de cristianos como entretenimiento a la chusma) o lo cholulo,  pero en mi caso era simplemente curiosidad histórica deformado por mi "formación  cinematográfica" por culpa de Quo Vadis y filmes hollywoodenses similares. 

Tras recorrer el Coliseo con una visita a la tienda incluida, salimos de allí para recorrer lo que faltaba del complejo arqueológico. Hay que tomar en cuenta que la entrada incluye  además del Coliseo, visitar el cerro Palatino y el Foro Romano siendo válida por 2 días, pero nosotros no teníamos tanto margen de tiempo así que había que recorrer todo en el mismo día, más allá que si se caía el cielo sobre Roma. 

Palatino

Tras hacerle el quite a las hordas de turistas y a un montón de guías que ofrecían sus servicios en varios idiomas, pudimos entrar al Palatino, el cual es todo lo opuesto al Coliseo, ya que no te encontrabas con turbas de gente con sus inefables palitos de selfie sacándose autorretratos, sino que realmente es un lugar tranquilo en medio de la urbe frenética y algo desquiciada que puede llegar a ser Roma por momentos. 

Acá  puedes ver parte de los primeros asentamientos de la ciudad, desde la época de la República hasta el primer Imperio (además hay un museo dentro de sus instalaciones donde el proceso es explicado en italiano e inglés). 

Idealmente en un día lindo y soleado el Palatino es para sentarse y tomarse un mate o un café con bizcochos o galletas, pero este no era el caso, seguía cayendo algo de lluvia, pero eso no lo hacía menos interesante, es más, le daba un toque algo nostálgico al recorrido. Al estar el sector del Palatino la cual es una de las famosas 7 colinas de Roma se pueden tener buenas vistas de la ciudad sin mayores problemas.

Vista de la ciudad desde el Palatino


Luego de allí, comenzamos a bajar hacia el Foro Romano, la última parte del recorrido que incluye la entrada. Acá ya volvimos nuevamente a encontrarnos con las hordas de turistas (sin duda una postal de estos tiempos en Roma), pero no por ello menos deja de ser un lugar interesante.  

Aunque mucho no queda del esplendor pasado, en el Foro Romano te puedes dar cuenta de lo que fue el viejo imperio y su grandeza arquitectónica.  

Ya había parado de llover y comienza a salir tímidamente el sol pero sin decidirse si sale o no cosa que no se definió nunca en el resto del día. 

Casi había terminado nuestro recorrido por las ruinas del Foro, así que salimos por una de las salidas que daban por la vía dei Fori Imperiale y seguimos paseando por Roma, pero lo que sigue es otra historia.

Camino al Foro Romano


Coliseo: Algunos Tips

- La entrada al Coliseo+Palatino+Foro cuesta unos 12 euros (menores y estudiantes europeos pagan 7,5 euros) y son válidas por 2 días. Estas se pueden conseguir sin recargos de ningún tipo tanto en la boletería del Coliseo com en la página oficial que es la del Ministerio de Cultura de Italia: https://www.coopculture.it/en/colosseo-e-shop.cfm  

- El recorrido sin mayor apuro puede durar entre 4 a 5 horas. 

- Si vienes desde la estación Termini no son más de 20 minutos caminando. Si estás en otras zonas de Roma, se llega fácilemente en Metro hasta la estación Colosseo (Coliseo) de la línea B, como con los autobuses números 51, 75,85, 87 y 117 y N2.

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