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San Pedro de Atacama: Laguna Cejar y Salar de Atacama

Camino a Laguna Cejar


Tras  esperar, por fin llegó la hora para ir a la excursión.
La cita era a las 15 horas en la calle Toconao a pasos de la plaza, frente a la agencia donde habíamos comprado la excursión. Fuimos para allá, nos recibe un tipo con aspecto de rapero pero con casi 40 años, nos dice que esperemos y que nos juntemos con otros que estaban llegando. Luego llegaron los guías, algunos disfrazados de exploradores del desierto, otros más normales, pero todos flacos y bilingües y el que nos tocó,un barbudo no mayor de 30 años, nos ordenó a quienes viajábamos con el. El grupo estaba conformado por un italiano sacado de la década de 1990, una familia británica rosada por el sol, dos francesas delgadas y de la tercera edad que coqueteaban cada vez que podían con el guía y un británico de origen asiático que todos pensaban que era chino, pero cuando le preguntaban, decía "I'm british" como un Lord, tal vez, el más simpático del grupo y algunos chilenos y nosotros, en suma, un grupo bastante heterogéneo, donde los hispanoparlantes eramos clara minoría, quedando claro en esta selección aleatoria cual es el nicho de mercado al que apunta San Pedro de Atacama: turistas de primer mundo que no les cueste pagar tours desde 20 dólares o incluso más por 4 horas o menos, en otras palabras, no gasoleros, no latinoamericanos de bajo presupuesto....


Laguna Cejar


Nos subimos a un minibus algo ajetreado por el uso, pero bueno, ya estábamos en camino hacia Laguna Cejar. Tras algunos minutos de viaje por la carretera y por un camino de tierra que me hizo recordar las micros que usaba cuando era niño en mi Villa Alemana natal ("las rompehuesos"), llegamos a nuestra primera parada: Laguna Cejar.

La particularidad de ella es que por sus cantidades de sal existentes en el agua, sucede lo mismo que en el Mar Muerto: puedes flotar. Tras pagar la entrada a la comunidad indígena atacameña que cuida los recursos del Parque Nacional (2000 CLP), se puede entrar a bañarse un rato a dicha laguna y ver si tan cierto es eso. Y en el caso de quien escribe, sí, se puede flotar en la Laguna Cejar, aunque por motivos obvios no pude sacar la foto correspondiente....mejor así.  Ojo, si espera lugares tranquilos con poca gente olvidalo, todo lo contrario. Ir a Laguna Cejar es de los tours con más gente por ser de los lugares más cercanos a San Pedro de Atacama y de los más económicos (desde 10000 CLP), lo que hace es que si no se es amigo de las multitudes en reservas naturales....ármate de paciencia.



Laguna Piedra



Tras estar más de media hora chapoteando en la agua salinosa, fuimos a la otra laguna incluida en el tour,  la Laguna Piedra, a unos pocos kilómetros de la Laguna Cejar, la que tiene la particularidad de que al no tener tanta sal en el agua  se puede chapotear y hasta nadar, sirviendo esta laguna. Otra parada de media hora y después íbamos como broche de oro a ver el atardecer en el medio del salar. Unos 20 minutos de viaje y estábamos llegando a la punta de entrada al Salar de Atacama.

Para nosotros, quienes a comienzos del viaje, habíamos estado en Salinas Grandes, en Jujuy, la mayor diferencia  es que en el Salar de Atacama casi no llueve, el cielo es realmente azul profundo y es realmente una costra dura el salar, además de sentir el viento seco del desierto, lo cual  es una sensación única y irrepetible. Luego de caminar y jugar cuales niños pequeños en la costra del salar,  tal vez, acá vino lo mejor de la excursión: el brindis con Pisco Sour el cual es entregado por todos los tours que se realizan en este recorrido. Era chistoso ver las mesitas alrededor de las combis y minibuses repletos de turistas ávidos de comer los snacks y tomar las copas de pisco sour casi como náufragos abandonados en el mar.  Tras brindar y ver el atardecer, volvimos a San Pedro de Atacama, prácticamente a dormir, ya que al día siguiente teníamos que tomar el bus para Salta y comenzar el largo camino a casa.


Esperando el atardecer, Salar de Atacama, Chile

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